martes, 25 de octubre de 2011

22.


¿Nunca has sentido como si tus piernas no pudieran con tu peso? ¿Cómo si se fuera doblando, haciendo que te desvanezcas entra el bullicio que hay a tu alrededor?  ¿Nunca sentiste la necesidad de tirarte al suelo?




Pues en esos momentos la única solución es el llanto. Llorar, que las lágrimas inunden los ojos. Dejar que todos los pesos se marchen nadando entre ellas. Sí, estoy llorando y sí, te echo de menos. 

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