martes, 5 de julio de 2011
El motor de aquel ruido.
El viento rozando el negro azabache, el ruido destructivo, el dolor. Quería sacarlo ya de su cabeza. ¡Sal!
En ocasiones era capaz de dejarse llevar un rato, pero no era suficiente. Necesitaba irse. Lejos. No volver.
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